El manejo del dolor, tiene una historia tan larga como el dolor mismo, la  algologÍa (clínica del dolor) es una rama de la medicina que estudia y trata el dolor, es una especialidad que surgió hace poco, debido a una necesidad obvia.

     El tratamiento racional del dolor tiene como objetivo: eliminar la causa que lo produjo,   quitar el dolor, aliviar ansiedad y depresión y mejorar la funcionalidad, con la ambición de reincorporar o mantenerte en una vida productiva.

     Dolor oncológico:

     El cáncer es un proceso patológico que se caracteriza por el crecimiento desordenado de células maliciosas.  Durante este padecimiento frecuentemente se genera dolor por diversos motivos: la afección directa de los tejidos enfermos, los procesos inflamatorios de defensa que produce el organismo en respuesta a estos (por el cáncer), por el tratamiento empleado para el tratamiento del Cáncer, los métodos diagnósticos empleados para su diagnostico o evaluación de la progresión y por otros motivos ajenos a esta enfermedad y al tratamiento.

     Hasta el 70% de los enfermos de cáncer sufren dolor por la invasión  del tumor y alrededor del 20% de atribuye a su tratamiento (quimio y radioterapia).

     El manejo inadecuado del dolor en estos pacientes es capaz de producir: falta de apego al tratamiento, enojo, ansiedad, trastornos del sueño, perdida de autocontrol, intentos de suicidio, delirium, inmovilización prolongada y sus consecuencias, por lo que es  éticamente reprobable.

     El cuidado de los pacientes con cáncer representa muchas circunstancias que rodean a la enfermedad y pueden ofrecer dificultades para la toma de decisiones por lo que se debe considerar: el respeto a los pacientes (su valor y dignidad), curar la enfermedad, reducir el sufrimiento y promover una aceptable calidad de vida, el apoyo del paciente y su familia, mantenerlos informados e investigar más sobre su enfermedad.

    Los derechos del paciente con cáncer: que tanto el medico como sus familiares crean en su dolor, obtener alivio del mismo, ser tratado con respeto (no ser tratado como fármaco dependiente), prevenir o minimizar el dolor que derive de los tratamientos, conocer el origen del dolor y tomar decisiones sobre su manejo, no ser tratado con placebos sin su autorización.

 

Hay cada vez más opciones terapéuticas al dolor por cáncer y múltiples vías de administración  de medicamentos, hasta un 15% de los pacientes se pueden beneficiar de un procedimiento intervencionista para disminuir en medida de lo posible los medicamentos que utiliza.

 

    Recordemos que el dolor es un síntoma que requiere una atención especial del paciente con cáncer y que es una necesidad tratarlo al igual que otros síntomas que también lo afectan, como la ansiedad, depresión, delirium, diarrea o estreñimiento, disnea (sensación de ahogo), neuropatías (por la afección nerviosa de la enfermedad o su tratamiento de quimio o radioterapia), alteraciones del sueño y apetito, entre otros.