Ya ha empezado la primavera y el buen tiempo ha deja atrás un invierno duro de frio lluvia y nieve pero, esta primavera a la que ahora damos la bienvenida, no está exenta de aspectos, no diré negativos, pero sí a tener en cuenta, como las alergias.
La OMS nos alerta de que este año la primavera será especialmente dura. Tras un invierno muy lluvioso, seguirá una primavera con un alto nivel de polinización y  para los que vivimos en las grandes ciudades, se suma a la elevada polución que padecemos, especialmente ahora con la llegada de anticiclones, el buen tiempo.
Sabemos que una de las peores combinaciones es la suma de polución y polinización, los efectos negativos sobre las mucosas respiratorias, piel y conjuntiva, se multiplican y los procesos irritativos tipo asma, bronquitis, dermatitis y rinitis-conjuntivitis, son mucho más frecuente y con mayor intensidad.
Los pacientes de riesgo son los niños y personas mayores con predisposición a problemas respiratorios y en un segundo plano, aunque no muy lejanos, vendrían todos los que utilizamos motos o bicis, sufrimos la acción directa de todas estas partículas que se depositan en las mucosas, desencadenando la reacción irritativa.
Conviene tomar una serie de medidas para prevenir la incomodas molestias de las alergias, especialmente cuando cursan con cuadros de asma importantes. En lo que se refiere a los ojos, para los motoristas, recomendamos utilizar cascos integrales o gafas que aíslen al máximo de la acción directa del aire. Para los conductores de coches, cerrar ventanillas y ojo con los aires acondicionados. A nivel doméstico, ventilar bien la vivienda y evitar plantas en los dormitorios y recordar que el humo del tabaco es uno de los factores más negativos.
Mención especial merecen los portadores de lentillas y los que padecen ojo seco. Las lentillas tienen la capacidad de fijar en su superficie las partículas de polen y polución del ambiente (alérgenos), manteniendo el contacto con la conjuntiva y provocando la reacción alérgica. La solución es limpiar con mayor frecuencia las lentillas y utilizar lágrimas artificiales para «arrastrar» estas partículas alergenas.
En el caso del ojo seco ocurre algo parecido, al tener menos lágrima, las partículas alergenas no son eliminadas por la lágrima en el parpadeo y permanecen más tiempo en contacto con la conjuntiva, desencadenando irritación y conjuntivitis alérgica. En estos casos es recomendable utilizar lágrimas artificiales con mayor frecuencia y lavados de los ojos con «baños oculares» que encontraremos en las farmacias.
Cuando la irritación conjuntival se ha iniciado o en los pacientes que habitualmente sufren conjuntivitis alérgica, recomendamos acudir al oftalmólogo para que instaure un tratamiento específico que solucione el problema, sin dejar que evolucione hacia estadios más molestos.