¿Qué son las hemorroides?

Las hemorroides son venitas que se han inflamado de una manera poco usual en la zona rectal. Éstas por lo general varían entre el tamaño de una pasa de uva y el tamaño de una uva. Pueden producir una simple comezón o ser muy dolorosas y en algunas ocasiones pueden incluso provocar hemorragia rectal, especialmente al ir al baño.

Las hemorroides son bastante comunes durante el embarazo, especialmente durante el tercer trimestre. Algunas mujeres las tienen por primera vez cuando están embarazadas, y en caso de que hayas tenido hemorroides antes del embarazo, es muy probable que ahora te vuelvan a salir. También pueden aparecer durante la segunda etapa del parto, mientras estás pujando. Es un padecimiento del que comúnmente se quejan las mujeres tras el parto.

En la mayoría de los casos, las hemorroides se van solas, poco después del parto. Pero debes tener un poco de cuidado con los remedios caseros latinos para las hemorroides, como los emplastos de hierbas o ciertas infusiones, porque algunos de éstos no son recomendables durante el embarazo.

¿Por qué son más comunes durante el embarazo?

Por distintas razones, el embarazo te vuelve más propensa a las hemorroides y a las várices en las piernas e incluso, algunas veces, en la vulva. Esto se debe a que el útero en crecimiento ejerce presión sobre las venas de la pelvis y la vena cava inferior, una vena grande en el lado derecho del cuerpo que lleva la sangre desde las extremidades inferiores hacia el corazón. Como consecuencia, el regreso de la sangre desde la mitad inferior de tu cuerpo puede ser más lento, lo cual aumenta la presión sobre las venas debajo del útero y hace que se dilaten o ensanchen más.

El estreñimiento, otro problema común durante el embarazo, también puede producir o agravar las hemorroides. Esto se debe a que cuando tienes dificultades para mover el vientre es normal que intentes hacer fuerza y cuando haces fuerza es más fácil que te salgan hemorroides.

Asimismo, un incremento de la hormona progesterona durante el embarazo hace que se relajen las paredes de las venas y es por eso que se hinchan con mayor facilidad. La progesterona también contribuye al estreñimiento al hacer más lento el movimiento en el conducto intestinal.

¿Cómo puedo evitar que me salgan hemorroides?

Aunque seas más propensa a las hemorroides durante el embarazo, es posible evitarlas. A continuación te indicamos algunas maneras de prevenirlas, o combatirlas si las tienes:

  • Primero que nada, debes evitar el estreñimiento. Come una dieta rica en fibras (que incluya abundantes granos de trigo, frijoles, frutas y vegetales), bebe abundante cantidad de agua (ocho a diez vasos por día) y haz ejercicio de forma regular, incluso si sólo tienes tiempo para una caminata corta y a paso rápido. Si tienes estreñimiento, pregúntale al médico si es necesario tomar un suplemento de fibras o algún medicamento para ablandar las heces.
  • No aguantes cuando tengas ganas de ir al baño, trata de no hacer fuerza mientras estés tratando de evacuar y no estés demasiado tiempo sentada en el escusado o retrete, porque esto hace que ejerzas presión sobre la zona.
  • Haz ejercicios Kegel todos los días. Estos ejercicios aumentan la circulación en la zona rectal y fortalecen los músculos de alrededor del ano y de esta manera disminuye la probabilidad de que te salgan hemorroides. Los ejercicios Kegel también fortalecen y tonifican los músculos de alrededor de la vagina y la uretra, lo cual ayuda a que tu cuerpo se recupere después del parto.
  • Evita estar sentada o parada por largos periodos de tiempo. Si tu trabajo requiere que estés sentada, levántate y muévete un poco durante algunos minutos a intervalos de aproximadamente una hora. Cuando estés en tu casa, acuéstate sobre el lado izquierdo cada vez que duermas, leas o veas la televisión, para quitar presión sobre las venas rectales y facilitar la circulación de la sangre que regresa desde la parte inferior del cuerpo.

¿Qué puedo hacer para sentirme más aliviada?

  • Aplica una bolsa de hielo (con un recubrimiento suave) sobre la zona afectada, varias veces al día. El hielo posiblemente te ayude a disminuir la hinchazón y el malestar. Muchas mujeres descubren un efecto calmante en las compresas frías empapadas con agua de hamamelis.
  • Remoja el área en agua tibia, en la bañera o en un baño de asiento por alrededor de 10 a 15 minutos un par de veces al día. Un baño de asiento es un pequeño recipiente redondo de plástico que colocas lleno de agua sobre el asiento del escusado y te permite de manera sencilla sumergir la zona rectal cuando te sientas. Este tipo de asiento lo puedes comprar en la farmacia.
  • Trata de alternar un tratamiento frío con uno caliente. Comienza con una compresa de hielo seguida de un baño de asiento con agua tibia.
  • Cada vez que evacúes, limpia la zona afectada, cuidadosamente pero por completo, con papel higiénico blanco, suave y sin perfume, dado que produce menos irritación que sus variantes de color y perfumadas. Humedecer el papel también te puede ser útil. A muchas mujeres les resulta más cómodo usar toallitas húmedas desechables que papel higiénico. Puedes comprar toallitas medicinales, que se fabrican especialmente para personas con hemorroides.
  • Pídele a tu médico que te recomiende un calmante de aplicación local que sea seguro o un supositorio medicinal. Hay muchos productos para aliviar las hemorroides, pero consulta con el médico antes de intentar usar uno por tu cuenta. La mayoría de estos productos se deben usar solamente para tratamientos cortos (una semana o menos). El uso continuado puede producir incluso más inflamación.

¿Cuándo debo llamar al médico?

Si tus propios esfuerzos preventivos y de alivio no te dan resultado — o si notas que tienes hemorragia — consulta con tu médico. (Toda hemorragia rectal debe ser controlada por el médico).

Para la mayoría de las mujeres, las hemorroides mejoran después del parto con ayuda de las medidas que te detallamos más arriba. En algunos casos, puedes necesitar hacer una consulta con un especialista para realizar un tratamiento que las reduzca. En raras ocasiones es necesario recurrir a una cirugía menor para corregir el problema.