La Otorrinolaringología y la Tecnología.
La otorrinolaringología es una especialidad médica y quirúrgica que trata de diagnosticar y solucionar una gran variedad de problemas de salud que afectan a regiones localizadas en la cabeza y el cuello. Clásicamente el ‘otorrino’ u ORL era considerado el médico que trataba las enfermedades de los oídos, nariz y garganta. La imagen del médico con espejo en la frente ha sido el icono que ha representado a esta profesión durante muchos años, pero el importante desarrollo de la especialidad ha hecho que el otorrinolaringólogo incorpore nuevas tecnologías en su práctica clínica.

El objetivo del presente artículo, es conocer y apreciar los avances tecnológicos en la medicina, especialmente en la otorrinolaringología, los cuales han ayudado en el ámbito de la salud y tratamiento de enfermedades con forme pasa el tiempo, también conocer un poco más de los métodos actuales en conjunto a la tecnología los cuales van mejorando la calidad y la facilidad de estos.

Evolución tecnológica de la otorrinolaringología

La evolución de la otorrinolaringología en el transcurso de este siglo estuvo dividida en dos etapas: los primeros 50 años durante los cuales primó el desarrollo de nuevas técnicas quirúrgicas y la segunda etapa que fue acompañada por el desarrollo tecnológico que trajo consigo los cambios más trascendentes de la especialidad así como de la gran mayoría de las especialidades médicas.

Son innumerables los ejemplos que podemos mencionar en cuanto a la aplicación de las tecnologías en el terreno de la medicina. Por ejemplo la utilización del microscopio abrió, en 1950, un nuevo campo en la cirugía del oído. Actualmente resulta imprescindible para la cirugía otológica. En la década del 70 se comenzó a utilizarlo también para la cirugía de la laringe y en los 80 se extendió su uso a la patología de la nariz.
Otro avance en el campo de la salud que vino de la mano de la tecnología fue la aparición del audífono (conocido en la jerga médica como «otoamplífono»). Este dispositivo le permitió oír a personas que anteriormente estaban excluidas de la sociedad por su deficiencia grave en la audición.

En los últimos diez años, especialmente, los nuevos modelos de otoamplífonos variaron desde aparatos muy grandes, costosos e incómodos a dispositivos más pequeños y eficaces. El avance, por supuesto, fue gradual comenzando por los aparatos que se colocaban por detrás de la oreja, luego en la entrada del oído para finalmente llegar al día de la fecha en que se encuentran disponibles los dispositivos que se colocan adentro del oído, al lado del tímpano. El hecho de ser cada vez más pequeños y estéticos permitió que muchas personas, hasta entonces reticentes, adhirieran a su uso. Además, con el aumento de la expectativa de vida se incrementó la población anciana que, como todos sabemos, escuchan menos y necesitan del aparato.

En los 30 años se abrió una nueva esperanza para los sordos. Tanto aquellos que sufren de este problema desde el nacimiento como los que desarrollaron la sordera por cualquier causa, se han visto beneficiados con las modernas técnicas de implante coclear. Este sistema consiste en la inserción de un dispositivo con electrodos dentro del oído interno que estimula la vía nerviosa auditiva. Este procedimiento está aún en plena etapa de investigación y promete mejores resultados para el próximo milenio.

El médico especialista en garganta, nariz y oído se vio favorecido por la aparición de las fibras ópticas (que también se utilizan en otras áreas, como por ejemplo en el cableado telefónico). La fibra óptica se utiliza para ver las cuerdas vocales y las cavidades paranasales. En la cirugía de sinusitis también se la puede utilizar, con mejores resultados.

La aplicación del rayo LASER en la medicina ha encontrado un auge en los últimos diez años. Nuestra especialidad la utiliza en todas las áreas. Por ejemplo, para la cirugía del ronquido.

La criocirugía que consiste en la aplicación de un metal que se congela con dióxido de carbono y permite la destrucción circunscripta de los tejidos enfermos (por ejemplo, restos amigdalinos), ya tiene su aplicación desde hace más de 10 años.