El traumatismo testicular es un motivo de consulta frecuente en las urgencias de Urología. Existen distintos grados de contusión así como distintas complicaciones derivadas. Es relativamente más frecuente en jóvenes y suele ser secundario a deportes de contactoaccidentes de tráfico. Produce un dolor intenso y de instauración brusca que puede acompañarse de síntomas vegetativos como náuseas, vómitos, sudoración o mareos. El dolor puede irradiarse hacia la zona inguinal. Habitualmente se acompaña de una inflamación unilateral del escroto con o sin hematoma. 

Existen distintos grados de traumatismo testicular que pueden ir desde una leve contusión sin lesiones macroscópicas testiculares, pasando por un hematoma testicular y hasta un estallido testicular.

El diagnóstico es clínico por la historia clínica y con la exploración testicular. En caso de dudas o de sospecha de compromismo del parenquima testicular se suele realizar una ecografía doppler del teste. Es una técnica de imagen inocua y rápida que permite identificar hematomas intrasescrotales o intratesticulares así como defectos de continuidad del testículo. En los casos en que se identifica un defecto de continuidad se suele recomendar una intervención quirúrgica urgente para la reparación del mismo o para la exéresis del teste en caso de que no sea viable. A largo plazo puede aparecer una atrofia testicular secundaria. Habitualmente, no requiere tratamiento hormonal sustitutivo con testosterona a menos que se realice una orquiectomía bilateral (exéresis de ambos testes) por una lesión grave de ambos testículos.

En definitiva, el traumatismo testicular suele ser leve aunque en ocasiones pueden ser de alta intensidad y requerir exploraciones complementarias e incluso una intervención quirúrgica urgente.